miércoles, 3 de agosto de 2011

Un nuevo amanecer

La luz dorada del sol se extendia por todo el campo de alrededor del pueblo. Todo lo que se veia era verde y dorado, y aunque pareciese mentira hacia mucho frio, como cualquier otra mañana en Canadá. El pueblo se iba despertando poco a poco, con pereza, para otro dia cualquiera de trabajo o colegio.
Todo esto veia desde mi ventana. Para mi no iba a ser un dia normal para cualquiera. No iria a clase, pero tampoco me quedaria en casa. Ese dia me iba de viaje.
Entonces preguntareis: que tiene de raro irse de viaje? 
Claro, irse de viaje significa disfrutar de unas vacaciones o ir por asuntos del trabajo, o mudarse. Para mi significaba escapar.
Escapar de todo, de mis amigos, mis familiares, mis seres queridos. Mi pequeña casa en la colina de al lado del pueblo.
Pero no iria sola, iria con mi padre.
Suspiré y me levante de la cama. Me dirigi al lavabo, como cada mañana, cerré la puerta y me lave la cara con agua. Me seque, y acto seguido me mire al espejo.
No habia cambiado nada. Seguia siendo una chica de 15 años, con la cara llena de pecas, el pelo liso y negro como el ala de un cuervo, y unos ojos grandes y brillantes de color miel dorada.
Cerré los ojos. Precisamente mi extraño color de ojos hacia que nos tuviesemos que ir. Como cada mañana, me vesti y me puse unos vaqueros comodos para viajar, una camiseta azul celeste y encima me puse un jersei encima. luego me puse unas vambas blancas con manchas de colores vivos. Las manchas imitaban manchas de pintura.
Me mire al espejo. No estaba mal, y ademas podria pasar desapercibida.
Luego, me puse unas lentillas de color negro como el carbon. A causa del color de mis ojos, en realidad se veian de un color marron claro, pero con destellos dorados. Asi que cogi mis gafas de sol y me las guarde en el bolsillo para cuando fueramos a salir.
Sali del baño y acabe los ultimos preparativos.
Cuando acabé, entré en la cocina para prepararme el desayuno. Vi entonces a mi padre desayunando y viendo la tele. Ya estaba vestido y arreglado, listo para salir por la puerta.
-Buenos dias, papá.
Se giro, y con un monton de migas en el bigote gris me sonrio diciendo:
-Buedno dia Leodnor-decia con la boca llena.
-No me llames asi, sabes que no me gusta. Llamame Leo. Pero recuerda que en  el aeropuerto me llamo Tara, no lo olvides.-dije, mientras me servia un vaso de leche con galletas de pepitas de chocolate.
-Pero Leo es un nombre de chico.-replico él.
-En todo caso es mejor que Leonor. O prefieres llamarme Nor?
Me miro con su mirada azul, con gesto de horror.
-No, ¡que horror! Nor tambien es de chico. Bueno, vale, LEO. Y por lo que veo, ya te pusiste las lentillas. No te olvides de poner las otras en la maleta.
-Vaaaaleeeeee...
Me senté a su lado y mientras comia fingi estar viendo las noticias en la tele, pero en realidad estaba submergida en mis pensamientos.
Ahora direis: por que teneis que escapar? que tienen que ver el color de tus ojos?

Respondere solo una pregunta, porque la respuesta de la otra se respondera en la que he respondido. Se que es un lio, pero es facil de entender si lo piensas un rato.
Esta es la respuesta de la segunda pregunta: Tiene que ver mucho. El color dice mi identidad como si estubiese escrito en mi frente. Soy una Guardiana del Libro. Qué libro? El Libro del Destino. Alli es donde esta escrito el destino de cada ser de este mundo, y puede de muchos otros mundos. Soy la unica que lo sabe leer, y por lo tanto tengo que protegerlo con mi propia vida.
Había nacido con estos ojos, con lo cual sí que era mi destino ser la Guardiana del Libro. Habia tenido muchisima suerte, porque las anteriores a mí habian tenido que arreglarselas solas con ese Libro, y resolviendo por su cuenta quienes eran, qué era ese Libro, y lo más importante, por qué hay que protegerlo. Mi madre fue guardiana, y murió mientras daba a luz. Nunca la conocí. Pero ella habia visto su destino en el Libro, y sabia que yo iba a ser la próxima. Le habia dado a mi padre el libro para que lo cuidase en una caja fuerte mientras yo crecía, y con el Libro una carta que lo explicaba todo.
Ahora venía otro punto de la question: por qué habia que protegerlo. Simplemente, porque la humanidad se destruiría por completo entre sí si tubiesen el libro. Con lo siempre habia alguien que nacía con los ojos dorados, y que en el Libro ponia cual era su destino. El problema, no se sabia como, era que habia un grupo de gente muy siniestra que habia conseguido descubrir la existencia del Libro. Antes de que ellos lo supieran, el Guardian o la Guardiana de ese momento solo tenia que cuidar del libro, leerlo para que todo vaya siguiendo su curso, y cuidarlo. Pero ahora los tiempos eran más dificiles.
Y otro problema era que nadie podía ayudarme. Sólo podía haver un Guardian al mismo tiempo en todo el planeta. Y en ese momento tan difícil tenia que cuidarlo yo, una simple chica de quince años.
-Leo, despierta de tu mundo. LEO!
-Que pasa??!!-dije sorprendida.
-Que ya nos vamos. Lávate los dientes antes de guardar el cepillo y la pasta en la maleta.
-Vaaaaleeeee....
Habia revisado el destino de mi padre, y habia visto que su destino era ser el marido y el padre de una guardiana. Al principio nadie entendía eso, pero yo ahora sí. Fue el marido de una guardiana, y ahora ES el padre de la siguente guardiana.
Suspiré. Seguramente mi destino no sería tan fácil.

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