domingo, 4 de noviembre de 2012

Entonces lo entendí.
Era como el aleteo de un pájaro,
el perfume leve de las flores.
Como una mariposa posándose en tu brazo,
como una pluma cayendo del cielo.
Algo pequeño, pero extraordinario. 
Escucha. ¿Lo oyes?
Es un rayo de sol,
un trozo de estrella.
Déjame, como un soplo de aire,
vete a un mundo mejor,
donde no pueda seguirte.
Yo iré al mío,
pero sin ti.
Notaré la diferencia, en el vacío que dejes,
pero tú estarás bien,
ni notarías que yo ya no estoy.
Las sombras me seguirán,
me guiarán a un camino
que jamás quise seguir,
porque ese no fue el que soñé.

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