Heridas que todavía sangran

No quise. No pude. No conseguí. No hice. No pude olvidar. ¿No lo ves? Cuando te fuiste, morí por dentro. Creo que me faltaron besos, abrazos y "te quiero" para expresar lo que veía al mirarte. Suena raro, lo sé. Pero es así. ¿No notas algo en el aire? Es la ausencia de nosotros dos juntos. Ya no hay luz sin ti, ya no hay nada sin ti. 

He visto algo. ¿Eres feliz con ella? No estoy enfadada. Sólo quiero saber si valió la pena dejarme tirada. Si valió la pena decir que, es tu vida. He visto, que no valía la pena luchar. ¿Luchar para una despedida al final? Tiré la toalla tan lejos que tal vez te golpee la cara. 

¿Dime, valió la pena de verdad? 

Gracias a ti, aprendí a no creer en el amor. Gracias a ti, vi que si alguien te pide sacrificarlo todo por él, significa que no le importas. Porque si me hubieras querido de verdad, aun que fuera un instante, me habrías dicho que no. Te habrías ido para mi propio bien, pero yo, idiota como soy, te hubiera perseguido. 

Pero esto no es ningún cuento de hadas. No, qué va.

Me acuerdo de tu mirada. Tus gestos, tu forma de sonreírme, de recoger mis eternas lágrimas y hacerlas desaparecer bajo una sonrisa. Tu forma de hacer saltitos en el sitio cuando te impacientabas. La forma en que jugabas con mi pelo mientras yo te quitaba el helado. 

La forma en que mis amigos y gente que no me conocía me avisaban, me decían que no eras bueno para mí. Yo les ignoré. ¿Qué sabrían ellos? No me conocían, pensaba. 

Cuando te fuiste, aprendí a tocar la guitarra eléctrica. Sí, lo hice. No te puedes imaginar lo que puedo hacer con esa guitarra en mis manos. Una vez en que estaba especialmente triste, toqué una melodía triste que iba inventando mientras tocaba, y mi madre tuvo que venir a decirme que parase de tocar. Estaba llorando. 

Te lo diré una sola vez: cuando vuelvas, ya no seré la misma. Porque volverás, haré que te enamores de mí y me pedirás tenerme de nuevo. Sonreiré, y te diré que NO. Te tocará a ti superarlo. Te tocará a ti ver que la vida se te escapa entre los dedos. Me entenderás al fin.