jueves, 25 de agosto de 2011

Supiro

Un suspiro, un movimiento.
Soy invisible sentada en este banco del parque. El pelo se remueve y me tapa la cara. Me giré y le miré otra vez.
Mis ojos marrones encontraron unos ojos azul-verdosos.
Ay. Me había descubierto.
Me levanté. Y corrí. Oí que él corría detrás de mi, dejando a sus amigos allí plantados con una pregunta en la boca.
Me vi en el reflejo de la vitrina de una tienda.
En ese momento, el tiempo pareció ir más lento. Vi mi pelo ondulado y oscuro bailando en mi espalda, mi jersey azul marino oscuro, que las mangas me llegaban a las muñecas, mis Converse rojas iendo a toda velocidad, parecía que volaran encima de la calle.
Volví a mirar hacia adelante. No podía atraparme.
No debería haber ido al parque, donde sabía que estaría él con su grupito de amigos.
Los recuerdos volvieron a mi. Recordé todas mis lágrimas derramadas, mis amigas intentando animarme, pero nada servía. Mi estado de pena no terminaba nunca.
Choqué de repente con una señora.
-Perdón-susurré rápidamente
Intenté escabullirme.
Demasiado tarde.
Me cogió del hombro e hizo que me girara. Intenté deshacerme de él, en vanho. Miraba al suelo, no quería volver a verle la cara otra vez. Había sufrido demasiado como para volver a caer en su trampa.
Me cogió la cara suavemente y me besó. Cerré los ojos. Las lágrimas y las penas que tube y que tenía desaparecieron como por arte de magia. Mil recuerdos felices a su lado invadieron mi mente.
-No desaparezcas otra vez...-me susurró.



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