viernes, 3 de febrero de 2012

Dejemos que el mundo explote








Copos de nieve revoloteaban por el cielo, bailando y cubriéndolo todo de un velo crujiente blanco. 
Lys se frotó las manos rojas por el frío, intentando crear de la nada algo de calor. Oyó un crujido y se giró, haciendo crujir la nieve con las suelas de goma de sus zapatos. Allí estaba Vik. Llevaba sus pantalones tejanos oscuros y su eterna sudadera negra. Su pelo oscuro contrastaba con la nieve que se le había ido acumulando en cada pelo. Sus ojos negros como la noche le sonreían. 
Lys sonrío, y el frío desapareció. Se agitó un poco el pelo castaño lleno de nieve, despeinando su trenza. 
-¿Qué tal?-preguntó Vik, acercándose a ella. 
-Algo congelada... pero todo esto es precioso-dijo Lys, señalando a su alrededor.
Y lo era. La nieve caía despacio, revoloteando y cayendo encima de sus pestañas, haciendo que tuviera que parpadear. Los pinos se vestían de blanco, y parecía un paisaje sacado de un cuento.
-Sí, es verdad-dijo Vik, mirando a su alrededor.
Sus miradas coincidieron un instante, y no pudieron romper el contacto visual. El corazón de Lys amenazó con salirse de su pecho. Había pasado mucho tiempo desde la última vez en la que habían estado juntos.
-Te he echado de menos-dijo Lys.
Vik, sin decir nada, se acercó a ella y le acarició la mejilla con las yemas de sus dedos. Cada roce parecía una descarga eléctrica. No desvió la mirada de los ojos verdes de Lys. 
Lys se moría por besarle, por abrazarle y olvidar el dolor que había sufrido los meses anteriores. Pero no podía.
-Lo siento-dijo ella, se giró y se fue.
Vik se quedó mirándola. No corrió hacia ella, no la llamó, no intentó detenerla. Se quedó allí, mientras la nieve seguía cayendo, sin apartar los ojos de ellas.


Lys llegó a su casa, agotada. Dejó las llaves en la mesita de la entrada, se quitó las piezas de abrigo, y las tiró al sofá. Se fue a su habitación.
Se sentó en la cama, y observó la manta que cubría un gran objeto, que estaba en la esquina de su habitación. Hacía tiempo que no pensaba en ello. Se volvió a levantar, cogió la manta por una esquina y la tiró al suelo. Observó a su vieja batería. No tenía polvo gracias a la manta. Buscó en su cajón los bastones, se sentó en el taburete que había en la batería y empezó a hacer un ritmo básico.
Funcionaba perfectamente.
Lys sonrió. Hacía muchísimo tiempo que no tocaba, y se dio cuenta de que lo había echado de menos. Tocar la batería era algo extraño, pero a ella le encantaba. Descargaba toda su energía en ello, en ese ritmo constante y bonito que lo llenaba todo, descubriendo canciones nuevas por descubrir. 
Tocó la batería al principio con desconfianza, pero poco a poco lo fue recordando todo. Cerró  los ojos. Se sabía la batería de memoria y se lo podía permitir. Siguió tocando, destruyendo y haciendo añicos el silencio de su piso.
Una voz la sacó de sus ensoñaciones.
-Tocas muy bien. No sé porqué lo dejaste en su momento.
Lys se levantó de un salto, haciendo caer el taburete y los bastones. 
Vik estaba apoyado en el marco de la puerta, con las manos en los bolsillos, tan tranquilo.
-¿Qué...-Lys se aclaró la garganta, recuperándose de la impresión-¿qué haces tú aquí? 
-Si te refieres a cómo he entrado, te dejaste la ventana del lavabo abierta. 
Lys le miró incrédulo. Salió al pasillo pasando por delante de Vik y se asomó al lavabo. Efectivamente, la ventana estaba abierta de par en par. Lys se asomó por la ventana, y vio que no había mucha altura entre el suelo y la ventana. Perfectamente se podía coger algún cubo de basura, subirse encima y seguramente ya se podría tocar el marco de la ventana con las manos. 
Miró a Vik, que estaba en la puerta del lavabo, todavía con las manos en los bolsillos. Al ver la expresión furiosa de Lys, se encogió de hombros.
-Tenía que hablar contigo-fue todo lo que dijo.
-¿Y en vez de llamarme o de tocar el timbre como una persona normal entras por la ventana del lavabo? ¿Eres un psicópata o qué?-le espetó Lys.
-Sabes muy bien que no soy una persona normal-dijo Vik, dedicándole una sonrisa sádica. Lys puso los ojos en blanco-además, con todo el ruido de la batería no habrías ni escuchado una bomba atómica.
-¿Y?-a Lys se le estaban acabando las réplicas.
-Tenemos algo pendiente-Vik se acercó a ella, con una sonrisa maliciosa en los labios.
Lys vio clara una cosa: estar en un lavabo, a solas con Vik, no era lo más seguro del mundo. Esquivó a Vik de un salto y se fue a su habitación, cerrando la puerta.
Escuchó la respiración de Vik al otro lado.
-No se puede hablar a través de una puerta-dijo Vik.
-¿Quién dijo que quería hablarte?-replicó Lys, más segura de lo que sentía.
-Perfecto. Yo tampoco quiero hablar. Hay más formas de comunicarse.
Lys se ruborizó.
-¿Te estás insinuando, Vik?
-Lo haría mejor sin esta puerta en mis narices, Lys.
-Pues allí te quedas.
Pasaron un largo rato en silencio. Ninguno se movió de donde estaba. Ninguno habló. Lys no abrió la puerta, y Vik no la abrió de una patada, que podría haberlo hecho. 
El suspiro de Lys quebró el silencio. Estaba harta. Dos partes de ella se peleaban entre sí. Una, quería abrir la puerta. La otra, quería resistir hasta el final, no quería sucumbir tan pronto a la noche de los ojos de Vik.
Tenía el regusto de la tensión entre los dos en la boca. Al final, Lys entreabrió la puerta en silencio y con cuidado, para ver si Vik se había ido. Claro que no. Y, antes de que pudiera cerrar rápidamente, Vik cogió la puerta y la abrió. 
Una mirada a sus ojos negros y toda la moral de Lys se derrumbó. Reuniendo fuerza de flaqueza, apartó la cara, rompiendo el contacto visual.
-Vete-logró murmurar.
-¿Por qué?-preguntó Vik.
-Lo sabes muy bien-dijo Lys, pero sonaba a pregunta.
Vik se acercó un poco más a ella. Sus dedos recorrieron la mejilla de Lys, que tembló al contacto. 
-Era un estúpido.-respondió él.
-Y lo sigues siendo. Pero, ¡cómo pudiste! ¡Cómo pudiste dejarme aquí, sola, esperándote mientras tú huías como un cobarde! ¡Cómo pudiste dejarme así, mientras MI HERMANA HABÍA MUERTO! -gritó Lys, retrocediendo cada vez más y alejándose de él.
Ella se derrumbó. Se tapó la cara con las manos. No quería que Vik la viera llorar. 
Vik se agachó y la abrazó, apoyando su barbilla en la cabeza de ella. Se quedaron así un rato, hasta que Lys se calmó.
-¿Por...qué?-preguntó con voz temblorosa ella.
-Te lo he dicho. Fui un estúpido. Pero he vuelto, y no pienso dejarte.
-Es lo que me dijiste antes de irte. ¿Quieres que te crea ahora?
Vik la miró a los ojos.
-Sí.
Lys lo empujó, sin mucha convicción.
-Vete. No tienes nada que hacer aquí. De hecho, has entrado sin mi permiso.
Vik sonrió maliciosamente.
-Tampoco necesito tu permiso para hacer esto.
Y antes de que Lys pudiera reaccionar Vik se inclinó y la besó. 
Y, como en los libros, cuentos, series, películas, el mundo se desvaneció y sólo existieron ellos dos. Sólo ese contacto entre sus labios que significaba tanto, con tantas historias que contar y recordar detrás. 
Se separaron un segundo.
-Creo que, si seguimos así, el mundo explotará-murmuró Lys.
-Pues dejemos que el mundo explote-respondió Vik, volviéndola a besar. 












3 comentarios:

oli zubar dijo...

:O
-es lo unico que puedo decir. Me ha impresionadoooo!
es perfectoo.cieloo siguee escribieendoo asii!!

oli zubar dijo...

:O
estoy impresioonadaa! me gutaa muchoo comoo escriibees! sigue asii cieloo;)

Elena S dijo...

Hola!! Te voy a decir unas cuantas cositas, pero todas buenas eee jajaaja no te asustes! ;-) 1º:Me encanta tu blog! y aunque a veces o comete (casi siempre) me paso todos los dias a ver si hay entradas nuevas, y cuando no hay me desquicio!! jajaja. 2º: En breve voy a poner una lista en el mio de mis blogs favoritos, pero como no se como se entregan los premios ni nada de eso pues simplemete lo pongo y digo porque me gusta vale? asi que pasate pronto :) 3º: Esto te lo acabo de decir pero bueno jajaaja que te pases por mi blog! jajaja ademas ahora lo he puesto mas chulo :3 aqui te dejo el link! un besazo muuuuy grande y felicidadeeeees!! (por lo bien que escribes) http://laughloveliveandsmile.blogspot.com/