lunes, 26 de diciembre de 2011

Para alguien como tú;

Para Gabi,
¿Sabes qué es volar? Es mirar el presente de otras personas desde otra perspectiva. No suena muy poético, ¿verdad? Bueno, es lo que pienso yo. ¿Cuánto tiempo hace? Mucho, demasiado, diría yo. No sé qué se hace en estas ocasiones, pero lo normal es que debería decir que te he echado de menos. Pero eso sería mentir. Entonces, ¿para qué te digo esto? Simplemente, que soñé contigo anoche. Nos encontrábamos en el pasillo de mi colegio, yo tropezaba y me caía encima de ti. Y así fue como nos reencontramos. No fue un gran reencuentro. Eras simpático, y habías cambiado muchísimo. Al principio, te confundí con Nico. Entiéndelo, es lo normal, sois hermanos gemelos. Empezaste a reír cuando te llamé Nico. Me acuerdo que odiabas que te llamasen Gabriel. Siempre decías: "No. Gabi." Son esos pequeños detalles que hacen sonreír.
Seguramente no habrás pensado en mi en ningún momento. No me preocupa, porque yo en ti tampoco. Ya debes sospechar qué significa ese sueño. Yo, no lo sé, y debo confesar que no quiero saberlo. 
¿Te acuerdas de esas palabras? "-Será nuestro secreto" dijiste. Puede que con el paso de los años, tu nombre se borrará de mi mente, pero siempre recordaré al chico de 8 años que me tendió la mano y me dijo eso. 
Debo confesar que te llamé Nico en el sueño porque no me podía creer que fueras tú. Era demasiado... bonito para ser real. Y, de hecho, no era real. Vale, estoy volviendo a divagar. 
Me he dado cuenta, al despertar, que sin ni siquiera pensar en ti, te he estado esperando. No sé si recibirás esta carta, si te has vuelto a mudar, o el avión que transporta las cartas y los paquetes de un país a otro se estrelle por el camino y mi carta se pierda para siempre. Sí, sigo estando igual de mal de la cabeza desde entonces. 
A lo mejor sueño contigo esta noche...
Emy.


Emy volvió a mirar el sobre color crudo que tenía en las manos, indecisa. Se acordaba de cada palabra que había escrito. Volvió a mirar el buzón. Sí, tenía que hacerlo. Cerró los ojos, y tiró la carta en la rendija.

Una semana después...


Para Emy,
Pues no, no me acordaba de ti hasta recibir tu carta, pero me acordaba de esas palabras. Todavía recuerdo tus ojos brillantes que me miraban con ilusión, y como cogiste mi mano con seguridad. Recuerdo que me susurraste al oído una vez que quien no cree en la magia, nunca se encontrará con ella. Pues me acuerdo que desde entonces siempre creí en ella. Y creo que la magia llegó con tu carta, con tu sueño. ¿Será el destino?
Es una pregunta demasiado grande como para que alguien como yo la responda. Sí, todavía me llaman Gabi. Y me gusta. Hace que me acuerde de mi pasado. 
Al recibir tu carta, me di cuenta de que una parte de mí, esperaba un momento oportuno para ir a buscarte. Pero todavía no he encontrado ese momento.
Como puedes ver, recibí tu carta. Sí, sigo anclado en el mismo sitio. 
Cuando recibí tu carta, estaba en la orilla del río, haciendo barcos de papel y lanzándolos al río, para verlos irse. 
Por cierto, ayer vi a Rachel. Fue en el teatro. Sí, todavía voy allí. Al final del espectáculo, cuando todo el mundo se iba, la vi. Ella también me vio. Me miró a los ojos, pero ni sonrió ni dio señales de haberme reconocido. Yo le sonreí, y me fui rápidamente. No es que me apeteciera hablar con ella después... de todo lo que hemos pasado. Incluso después de todos estos años, no estoy preparado, y creo que nunca lo estaré.
Hubo una noche que soñé contigo. Bueno, sólo vi a una chica de mi edad, morena, que me miraba y me sonreía, y que cuando iba a decirle algo, se desvanecía. Me acuerdo que grité tu nombre, y que me desperté por mis propios gritos. Al cabo de unos minutos, olvidé mi sueño. Pero leyendo tu carta, me he acordado. Y no, no sé qué significa tu sueño, aunque sospecho. No te diré de qué.
Para alguien como tú.
Gabi


Gabi cerró los ojos. Le había dicho la verdad a Emy, pero no toda. No le podía decir que aquella carta había desenterrado sentimientos que había conseguido olvidar, o eso creía. Lo que más deseaba, era correr a su lado y abrazarlo, y volver a tenerla en sus brazos.


2 comentarios:

epifonema dijo...

Y ahora te digo:
Valery, sin palabras.

p.d.: Me ha encantado qué quieres qué te diga. Las dos cartas son preciosas. Y lo de la magia, buf, esa es la frase qué más me ha gustado.
un beso enorme:) ¡y feliz San Esteban! (eso se felicita? bah, yo te lo felicito igual^^)

Valery dijo...

me alegro de que te gustase!! es verdad, hoy es san esteban!! se me había olvidado! feliz san esteban :D