Me senté en mi sitio de siempre en el bus. Por las tardes, no había casi nadie en el bus, así que siempre me sentaba en el mismo sitio, estaba acostumbrada. Puse mi mochila en el suelo y miré por la ventana. Sentarme siempre en ese lugar tenía un motivo: la puesta de sol. Desde allí se veía estupendamente, y era hermoso. Y siempre era distinto.
Giré la cabeza, al oír algo, y me encontré la sonrisa más bonita, dulce y maravillosa que nunca había visto.
Tenía los ojos del color de la miel, pero según dónde le daba la luz se volvían un poco azules. Tenía el pelo castaño.
Me quedé petrificada al verle. Era un chico de mi edad, que se había sentado a mi lado.
-Hola- dijo susurrando, como si no quisiera que nadie le oyese.
-Ho-ola- taramudeé-¿Cómo te llamas?
-Erik. ¿Y tu?- me respondió.
-Yo soy Sandra.
-Encantado- me dijo con una gran sonrisa.
-¿Estabas mirando la puesta de sol?-me preguntó al cabo de un ratito.
-Si. Me gusta mucho, por eso siempre me siento en el mismo sitio, para ver el crepúsculo.
-Un lugar estratégico-dijo.
-Sí-dije riéndome.
Estubimos hablando durante un buen rato, y casi se me pasó mi parada, y resultó ser que él también bajaba allí.
Nos acababamos de conocer y ya me gustaba mucho, debía ser amor a primera vista.
-Bueno-dije al cabo de un rato-esta es mi casa.
Él observó mi casa, y luego, con una sonrisa irónica, me dijo:
-¿No te acuerdas de mí, verdad?
Aquéllo me dejó muy desconcertada.
-Emm... ¿te conozco de antes?-dije incrédula. Si lo conociera, no me habría olvidado ;P
-Si, cuando éramos muy peques, íbamos juntos a P5.
-¿Erik Sánchez?-dije, como si se me hubiera encendido una bombilla en la cabeza.
-Yes, veo que te acordaste- me dijo sonriente.
-¿Acaso lo dudabas?-dije, bromeando.
-Bueno, no te habías acordado hasta que te lo dije, así que sí, tenía mis dudas.
Hablando de viejos tiempos, caminamos hasta mi portal, y allí, apenada, me despedí de él.
-Espero que nos volvamos a ver- dije, algo triste, después de intercambiarnos los números de teléfono.
-Yo también lo espero, Sandra-dijo.
La forma en que dijo mi nombre hizo estremecerme. De repente, se acercó a mí y me besó. Fue un beso dulce y tierno, que escondía recuerdos y ganas de reencuentros, mi primer beso. Fue algo mágico, algo que no olvidaría nunca. Me separé de él, y él me miró con una mirada especial y brillante, lleno de promesas. Sonreía, y parecía que intentaba no sonreír, pero no podía evitar tener una sonrisa estúpida. Me pasaba lo mismo.
Me volvió a sonreír, dio media vuelta y se fue por el camino.
Giré la cabeza, al oír algo, y me encontré la sonrisa más bonita, dulce y maravillosa que nunca había visto.
Tenía los ojos del color de la miel, pero según dónde le daba la luz se volvían un poco azules. Tenía el pelo castaño.
Me quedé petrificada al verle. Era un chico de mi edad, que se había sentado a mi lado.
-Hola- dijo susurrando, como si no quisiera que nadie le oyese.
-Ho-ola- taramudeé-¿Cómo te llamas?
-Erik. ¿Y tu?- me respondió.
-Yo soy Sandra.
-Encantado- me dijo con una gran sonrisa.
-¿Estabas mirando la puesta de sol?-me preguntó al cabo de un ratito.
-Si. Me gusta mucho, por eso siempre me siento en el mismo sitio, para ver el crepúsculo.
-Un lugar estratégico-dijo.
-Sí-dije riéndome.
Estubimos hablando durante un buen rato, y casi se me pasó mi parada, y resultó ser que él también bajaba allí.
Nos acababamos de conocer y ya me gustaba mucho, debía ser amor a primera vista.
-Bueno-dije al cabo de un rato-esta es mi casa.
Él observó mi casa, y luego, con una sonrisa irónica, me dijo:
-¿No te acuerdas de mí, verdad?
Aquéllo me dejó muy desconcertada.
-Emm... ¿te conozco de antes?-dije incrédula. Si lo conociera, no me habría olvidado ;P
-Si, cuando éramos muy peques, íbamos juntos a P5.
-¿Erik Sánchez?-dije, como si se me hubiera encendido una bombilla en la cabeza.
-Yes, veo que te acordaste- me dijo sonriente.
-¿Acaso lo dudabas?-dije, bromeando.
-Bueno, no te habías acordado hasta que te lo dije, así que sí, tenía mis dudas.
Hablando de viejos tiempos, caminamos hasta mi portal, y allí, apenada, me despedí de él.
-Espero que nos volvamos a ver- dije, algo triste, después de intercambiarnos los números de teléfono.
-Yo también lo espero, Sandra-dijo.
La forma en que dijo mi nombre hizo estremecerme. De repente, se acercó a mí y me besó. Fue un beso dulce y tierno, que escondía recuerdos y ganas de reencuentros, mi primer beso. Fue algo mágico, algo que no olvidaría nunca. Me separé de él, y él me miró con una mirada especial y brillante, lleno de promesas. Sonreía, y parecía que intentaba no sonreír, pero no podía evitar tener una sonrisa estúpida. Me pasaba lo mismo.
Me volvió a sonreír, dio media vuelta y se fue por el camino.
4 comentarios:
Ainnns! me encanta, es super tierno!! :D
Qué tierno, me gustó =)
jajaj, gracias ^^
Que dulce :) Me ha gustado mucho!
Te sigo;)
Un beso enorme.
http://carolinesmile.blogspot.com/
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